Celebramos el lanzamiento de la Revista ALERTA como órgano de expresión de la actividad científica en el campo de la salud y al Instituto Nacional de Salud (INS).
Al revisar las publicaciones en el campo de la salud, en algunas bibliotecas como la Biblioteca Nacional y la Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad de El Salvador, además de mostrar la riqueza de material publicado en el país, evidencia características que deben ser documentadas a través de una acuciosa investigación. Como antecedente contamos con la revista Salud, publicación destinada a promover el pensamiento crítico y diálogo nacional en torno a la salud; que se publicó en alianza con la Secretaría de Cultura de la Presidencia del 2011 al 2014.
Del antes llamado Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social se encuentran revistas como “Sanidad en El Salvador,” de los años 50. Otras publicaciones como “Archivos”, del Colegio Médico de El Salvador, y “Archivo”, del Seguro Social, dan cuenta de una importante producción en el campo de la investigación clínica.
Me permito señalar con preocupación algunas características de lo que ha sido la política de publicación científica en salud de El Salvador. En primer término, vemos falta de sostenibilidad o discontinuidad de algunas revistas, aun las que fueron muy importantes; disminución en el material publicado, muy escaso al presente; carencia de publicaciones que analicen nuestra producción científica nacional y falta de creación de estímulos. De hecho, la mayor parte de estudios sobre bibliotecas no incluye el análisis del contenido de la producción nacional.
Por todas las consideraciones anteriores, tomando en cuenta que una revista científica en salud es una herramienta fundamental para el desarrollo de la salud pública y para avanzar en la búsqueda de soluciones innovadoras en la toma de decisiones, damos la más cordial bienvenida a la nueva Revista ALERTA. Esperamos que se consolide como un referente que genere evidencias y profundice la producción científica en salud, sus determinantes y el desarrollo de una política de publicación científica que supere las dificultades encontradas a través de la historia.
Finalmente, quiero motivar a los investigadores y a los docentes de diferentes instituciones a que incidan en la formación de los recursos humanos en salud, fomentando la semilla de la investigación desde sus primero pasos, vitales para alcanzar un alto nivel de calidad y sostenibilidad de la política de investigación para la salud en nuestro país.