Resumen
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés laboral como una reacción que puede manifestarse ante exigencias y presiones laborales que ponen a prueba la capacidad que tiene cada persona para afrontar ciertas situaciones y que se agravan en el personal de salud que atiende pacientes con la COVID-19. Es decir, lo que resulta del desequilibrio entre las presiones y exigencias a las que se enfrenta el individuo, por una parte, y los conocimientos adquiridos por otra parte. El Síndrome de desgaste profesional, conocido también como síndrome de agotamiento emocional o psicológico, o por el anglicismo burnout, es un tipo de estrés laboral que engloba un estado de agotamiento físico, emocional y mental que conlleva a consecuencias individuales y sociales. El objetivo de esta revisión narrativa es identificar los factores de riesgo para el desarrollo del Síndrome de desgaste profesional en el personal de salud relacionado con la atención de pacientes con la COVID-19. Se realizó una búsqueda en la base de datos PubMed, se incluyeron artículos originales, estudios aleatorizados, revisiones sistemáticas y otros textos en español e inglés, publicados durante el periodo 2020-2023. Los principales factores de riesgo identificados en la literatura para el desarrollo de Síndrome de desgaste profesional fueron la juventud, sexo femenino, la soltería, la carga de trabajo y el nivel de satisfacción laboral de los profesionales.
Burnout syndrome in health care workers during the COVID-19 pandemic.
The WHO defines occupational stress as a reaction that may occur when a person is faced with work-related demands and pressures that test the individual's ability to cope with certain situations, and it exacerbates in healthcare personnel who provide care to patients with COVID-19. That is, what results from the imbalance between the pressures and demands that the individual faces, on the one hand, and the knowledge acquired on the other hand. Burnout syndrome is a type of work-related stress that encompasses a state of physical, emotional and mental exhaustion that leads to individual and social consequences. The objective of this systematic review is to identify the risk factors for the development of Burnout Syndrome in health personnel related to the care of patients with COVID-19. A search was carried out in the PubMed database, including original articles, randomized studies, systematic reviews, and textbooks in Spanish and English, published during the period 2020-2023. The main risk factors for the development of Burnout Syndrome identified in the literature were youth, female sex, singleness, workload and the level of job satisfaction of the professionals.
Introducción
El síndrome de desgaste profesional es conocido por el anglicismo burnout. Se trata de una expresión que utilizan frecuentemente los deportistas, para describir una situación en la que, en contra de las expectativas favorables, un atleta no logra obtener los resultados esperados por más que se hubiera preparado y esforzado para conseguirlosi.
El síndrome de desgaste profesional es según el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina de España la traducción apropiada a la voz inglesa que literalmente equivale al sustativo «quemado».
En la Atención en Salud fue utilizado por primera vez en 1974 por Herbert Freudeberger, un psiquiatra que trabajaba como asistente voluntario en una clínica para toxicómanos de Nueva Yorki.
A nivel científico se ha evidenciado que el síndrome del desgaste profesional se compone de tres factores o dimensionesi:
1. Agotamiento emocional: constituye un aspecto fundamental y supone síntomas de pérdida de energía, agotamiento físico y psíquico y una sensación de estar al límite, de no poder dar más de sí mismoi.
2. Despersonalización: en este caso, como medida de protección, el sujeto puede desarrollar un cambio negativo en las actitudes y respuestas hacia los demás, especialmente hacia los beneficiarios del propio trabajo, mostrándose distanciado, utilizando etiquetas despectivas para referirse a los demás, o tratando de culparles de sus frustraciones y del descenso de compromiso laboral.
3. Baja realización personal: es una sensación de inadecuación personal profesional para ejercer el trabajo. Implica sentimientos de incapacidad, baja autoestima e ideas de fracasoi.
Los profesionales de la salud junto con otras autoridades de salud pública trabajan más allá de su potencial para contener la COVID-19. En tales circunstancias, los profesionales de la salud directamente involucrados en el diagnóstico y el manejo de los pacientes con la COVID-19 están sujetos a diversos factores de estrés psicológico asociado al lugar de trabajoii.
El agotamiento es un elemento que amenaza a la población en general, no sólo al personal de salud. Una observación positiva es que, a lo largo de los años, ha habido un avance en el conocimiento sobre el agotamientoiii.
En este estudio se incluye la revisión de artículos originales, estudios aleatorizados, revisiones sistemáticas y textos en español y en inglés, publicados durante el periodo 2020-2023, con el objetivo principal de identificar los factores de riesgo para el desarrollo del síndrome de desgaste profesional en el personal de salud relacionado con la atención de pacientes con la COVID-19.
Discusión
El síndrome de desgaste profesional es un tipo de estrés laboral que engloba un estado de agotamiento físico, emocional y mental que conlleva a consecuencias individuales y sociales. En 1977, dentro del congreso anual de la Asociación Americana de Psicología, se estableció el término burnout, para describir una situación que se producía, entre los trabajadores de los servicios humanos consistente en el hecho de que, después de meses de trabajo y dedicación, terminaban agotándose emocionalmentei.
Desde sus inicios, el síndrome de desgaste profesional se ha definido de muchas maneras, siendo Maslach y Jackson, quienes lo describieron como un síndrome caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal en el trabajo, que puede ocurrir entre individuos cuyas tareas diarias se circunscriben al servicio de personasiv.
Otros autores, entre ellos Pines y Aronson, propusieron una definición más amplia, no restringida a las profesiones de ayuda: «Es el estado de agotamiento mental, físico y emocional, producido por la involucración crónica en el trabajo en situaciones emocionalmente demandantes»v.
La pandemia de SARS-CoV-2 provocó un aumento general de nuevos casos de ansiedad, depresión y de síndrome de desgaste profesional en trabajadores de servicios de salud. Toda esta situación sanitaria a nivel mundial, impactó en una crisis de salud sin precedentes con una alta prevalencia de angustia psicológica en el personal de salud, por lo que se buscó documentar los factores de riesgo para el desarrollo del síndrome de desgaste profesional entre el personal de salud que enfrenta la COVID-19iv. En muchos países esta situación sanitaria a gran escala desencadenó la reestructuración y reorganización de la prestación de servicios de salud para apoyar los servicios de emergencia, unidades de cuidados intensivos médicos y unidades de cuidados continuosv.
Los profesionales de la salud expuestos a trabajar con pacientes durante la pandemia por la COVID-19 están en mayor riesgo de problemas de salud mental a corto y largo plazo. El personal sanitario debe recibir apoyo psicosocial, para proteger su bienestar mental, si debe continuar ofreciendo atención de alta calidad al pacientevi.
Algunas de las estrategias adoptadas durante la pandemia como factor clave para promover la resiliencia, consistieron en aumentar la sensación de control sobre la situación adversa, por ejemplo: aumentar la percepción de que se pueden gestionar las medidas de prevención de enfermedades o controlar la posibilidad de infectarse protegiéndose con los recursos que los proveedores de atención médica tienen a su alcance para cuidar a los pacientes infectadosvii.
El agotamiento no es una aparición repentina de síntomas. Muchas personas con síndrome de desgaste profesional tienen variedad de pensamientos, sentimientos y acciones que avanzan a través de una serie de etapas, teniendo muchas veces opciones para la prevención. Es importante entender las diferentes etapas del síndrome de desgaste profesional para prevenirlo (fase de luna de miel, aparición de estrés, enfermedad crónica, estrés y agotamiento)viii.
La pandemia de COVID-19 ejerció una presión psicológica considerable en los trabajadores de atención médica de primera línea. Aunque el problema del agotamiento, que se solapa con los síntomas de depresión, sigue siendo urgente, pocos estudios lo han abordado de manera integralix.
En un estudio, Castro et al. describieron los factores de riesgo asociados al síndrome de desgaste profesional en el personal de la salud durante la pandemia de COVID-19, como: sexo femenino, edad joven, estar en contacto con pacientes con la COVID-19, historia previa de depresión o enfermedades psiquiátricas, ser personal de enfermería o personal médico residente y mayor número de horas de trabajos. Se ha descrito también que los predictores independientes de síndrome de desgaste profesional fueron ser médico y kinesiólogo respiratoriox.
El tiempo de trabajo, el miedo de poder contagiarse y contagiar a seres queridos o a pacientes, la preocupación en el control de la epidemia, entre otros, pueden ser factores precipitantes para una alteración de la salud mental de los profesionales sanitarios en tiempos de la COVID-19. Dicha alteración puede suponer un problema importante a nivel personal y un menoscabo en las funciones prestadas a nivel profesional, pudiendo aumentar el riesgo de contagio y de una mala praxis profesionalxi.
Según Matsuo T et al., en un estudio se evaluaron 488 trabajadores de la salud; de estos, 369 (75,6 %) respondieron a la encuesta, de los cuales 57 (15,4 %) fueron excluidos debido a datos perdidos. La muestra final incluyó a 312 encuestados, con una mediana de edad de 30,5 (26 a 40) años, con 223 (71,5 %) mujeres y mediana de experiencia de 7,0 (3 a 15) años. La prevalencia general de agotamiento fue del 31,4 % (98 de 312). De 82 médicos, 11 (11,2 %), estaban experimentando agotamiento; de 126 personal de enfermería, 59 (46,8 %) experimentaban agotamiento; de 22 tecnólogos radiológicos, ocho (36,4 %) experimentaban agotamiento; y de 19 farmacéuticos, siete (36,8 %) experimentaban síndrome de desgaste profesional. Es importante notar que el personal de enfermería que trabaja en las salas con pacientes con la COVID-19 se ven afectadas psicológicamente por las consecuencias de la pandemia, lo cual se debe a una mayor carga de trabajo y más tiempo en contacto directo con pacientes con la COVID-19, en comparación con los médicosxii.
La pandemia de COVID-19 provocó una enorme presión sobre los trabajadores de la salud, teniendo para ellos muchas implicaciones en el bienestar físico y emocionalxii. Así mismo, es importante mencionar que tuvo un impacto sustancial en la salud mental de los trabajadores sanitariosxiii, por lo que su atención se debe convertir en una prioridad para las estrategias de salud mentalxiii.
En este escenario, comprender las consecuencias del brote de la COVID-19 en la salud de los profesionales de la salud de primera línea es urgente y se deben buscar las causas del impacto psicofísico relacionado con el agotamiento emocional y síntomas somáticosxiv. La atención al paciente es el primer factor causante de estrés, así como de satisfacción laboral. El sufrimiento o estrés del personal médico se origina por la identificación con la angustia del enfermo y de sus familiares, por la reactivación de sus propios conflictos y la frustración de sus perspectivas diagnóstico-terapéuticas con respecto al padecimiento del paciente. Por tanto, una adecuada formación psicosocial puede permitir al profesional sanitario tolerar mejor y afrontar de forma más satisfactoria la inevitable ansiedad del paciente y su familiaiv.
Repercusiones personales y familiares
Los trabajadores de la salud tienen un alto riesgo de desarrollar alteraciones en la salud física y mental. La naturaleza y frecuencia de estos resultados son indeterminadas. La COVID-19 ha tenido un impacto sustancial en la salud mental de los trabajadores sanitarios, por lo que debería convertirse en una prioridad para las estrategias de salud, ya que conlleva repercusiones personales y laborales que según Salazar et al. se manifiestan en síntomas como escalofríos, tos, diarrea, disnea, fatiga, fiebre, cefalea, mialgia, náuseas y vómitosxiii.
Se ha sugerido que la pandemia por la COVID-19 afectó a las mujeres con niños pequeños, con mayor prevalencia de agotamiento entre mujeres médicas y personal de enfermería y médicos menores de 30 años, esto, acompañado de investigaciones que sugieren que el trabajo a tiempo parcial ayuda al personal de salud a mitigar el agotamientoxv.
Se destaca que el personal de enfermería experimentó altos niveles de agotamiento durante la pandemia por la COVID-19, y que los diversos factores sociodemográficos, ocupacionales, psicológicos y relacionados con la COVID-19, incidieron en este Síndrome de desgaste profesionalxiv. El personal de enfermería experimentó dificultades significativas durante la pandemia por la COVID-19 en todo el mundoxvi.
En un estudio sobre la COVID-19 se demostró que el 80 % de los profesionales de la salud sufren síndrome de desgaste profesional bajo o moderado, y el 20 % sufre de síndrome de desgaste profesional severo. En cuanto al personal de enfermería, la prevalencia del síndrome de desgaste profesional es de alrededor del 70 %xvii.
Factores de riesgo relacionados con el síndrome de desgaste profesional
El síndrome de desgaste profesional puede ser conceptualizado como un trastorno adaptativo por un estrés crónico de tipo laboral, se trata de una forma especial de estrés. Hay muchas causas de estrés: familiares, económicas, sociales, laborales, etc., y diferentes reacciones al estrés. Sin embargo, el síndrome de desgaste profesional es una forma especial, motivada por la relación entre la persona y su trabajo y sucede cuando este consiste en manejar, relacionarse, o ayudar a otras personas. Según Barello et al., los factores de riesgo demográficos son la edad, el sexo, el estado civil, las características del trabajo y las actitudes en el trabajo, así como características de la personalidadxiv.
La emergencia sanitaria por la COVID-19 cambió mucho la vida de profesionales y padres de familia, aumentando las percepciones de estrés y síntomas específicos de agotamiento, distanciamiento emocional y despersonalización, así como una disminución de los sentimientos de satisfacción y realizaciónxviii,xix. Entre los profesionales de la salud que atienden a menores en comunidades terapéuticas, la pandemia requirió el uso de numerosas herramientas emocionales y recursos cognitivos, por lo que en Peres et al. describen las características profesionales de quienes atendieron pacientes con la COVID-19i,xiii,xix.
En otro estudio se observó que el personal de enfermería que trabajaron con pacientes con la COVID-19 están expuestas a diversos factores estresantes que pueden conducir al agotamiento profesional, demostrándose también que las condiciones de trabajo con los pacientes positivos a la COVID-19 se relacionan con experimentar síntomas de desgaste profesionalxx. En otro estudio desarrollado en Ghana, África, se demostró que una alta prevalencia de agotamiento entre los trabajadores de la salud en Accra, particularmente durante la embestida de la pandemia por la COVID-19xxi. Trabajar en turnos de noche y en el nivel primario de la atención médica se asocia significativamente con mayores probabilidades de experimentar agotamiento, por lo cual se recomendó la rotación de turnos para el personal y la provisión adecuada de recursos para los hospitales de nivel primario, demostrándose que el elevado síndrome de desgaste profesional podría estar influido por otros factores como el duelo provocado por múltiples pérdidas y también por los limitados recursos de apoyo para los trabajadores de la saludxxi.
La resiliencia, la capacidad de mentalización y el síndrome de desgaste profesional entre los trabajadores de salud son fenómenos interrelacionados, que tienen importantes implicaciones profesionalesxxii. Los programas de educación y capacitación para los trabajadores de la salud deben incluir conocimientos y habilidades que sean importantes para la resiliencia de los trabajadores de salud en una pandemiaxxii. Es importante tener claro el propósito en la vida de cada uno de los trabajadores de salud, lo cual se relacionó más fuertemente con la disminución de los niveles de agotamientoxxiii.
En un estudio se confirmó una alta incidencia del síndrome de desgaste profesional en las dimensiones de agotamiento emocional y despersonalización entre el personal de enfermería de primera línea que trabajaron en las unidades de atención de la COVID-19 durante el brote de estaxxiv, encontrando relevante, la historia de enfermedad psiquiátrica previa. Se debe prestar atención y abordar la alta prevalencia de agotamiento entre los trabajadores de la salud, no solo en primera línea y durante pandemiasvii,xxiv.
Prevención del síndrome de desgaste profesional
El síndrome de desgaste profesional se puede prevenir o resolver. Es posible ser moderadamente optimista, aunque hay que tener cuidado, sobre todo porque cuando una persona está con síndrome de desgaste profesional, este puede ser contagioso, es muy fácil entender las quejas permanentes, actitudes negativas, recelos y rechazos, etc., de hecho, es claramente perceptible que cuando en un grupo hay una persona con síndrome de desgaste profesional, los demás tienen más riesgo de padecerlo. Por lo tanto, es necesario reconocerlo y ayudar en las fases inicialesi.
En un estudio realizado durante una pandemia en Corea del Sur, se demostró que promover el bienestar y la calidad de la vida laboral de los trabajadores de la salud en respuesta a una crisis pandémica contribuyó a reducir el agotamiento entre personal de enfermería de primera línea y reforzar la seguridad de los trabajadores de salud y pacientesxxv,xxvi. Esto demuestra la importancia de tomar en cuenta la prevalencia y los predictores del síndrome de desgaste profesional en el personal de enfermería que atiende a pacientes con la COVID-19.
Todos los trabajadores de las instituciones de salud son fundamentales para ofrecer un tratamiento médico en la comunidad en general, especialmente durante la pandemia por la COVID-19, destacándose la importancia de monitorear el bienestar físico y mental entre todos los trabajadores no solo entre personal médico y y de enfermería, que es el de primera línea más visibles, ya que la identificación temprana de la angustia psicológica y el agotamiento, así como el aumento del acceso a la atención médica de los empleados y familiares puede ayudar a disminuir los efectos negativos que impactan a los trabajadores esenciales de la saludxxvii.
Es difícil prever la duración de las repercusiones de la pandemia, pero podría ser una oportunidad para que las instituciones de salud revisen y mejoren su sistema, para desempeñar un papel proactivo en mitigar el agotamiento de los trabajadores, reconociendo los impactos, implementando políticas de conciliación de la vida laboral y personal, y proporcionando acceso a servicios de salud mental para aliviar el desgaste profesionalxxviii.
Se deben considerar los aspectos físico y psicológico para obtener el bienestar de los trabajadores de la salud. Además, es necesario entender la relación entre la contribución de las largas jornadas laborales y constante disminución de la calidad de vida de los trabajadores de la salud; por lo que debe realizarse una asignación de horas fijas de trabajo para el cuidado de la salud de los trabajadoresxxix.
Durante la situación crítica de la pandemia por la COVID-19 el personal de primera línea que interactuó directamente con pacientes sospechosos y diagnosticados con la COVID-19 tenía alto riesgo de infectarse, lo que contribuía al desgaste profesionalxxx. Esto contrasta con un estudio de Mozambique, en el que muchos trabajadores de la salud informaron una reducción en el agotamiento, lo que puede estar asociado con la menor cantidad de casos de la COVID-19 observada durante el 2022xxxi.
Técnicas cognitivas para el autocuidado emocional
Los recursos cognitivos pueden utilizarse también para la prevención de la perturbación emocional o, dicho de otro modo, para el cuidado de la salud mental. Se sugiere que el médico podría beneficiarse de estas técnicas aplicadas a casos prácticos. Esto supone que se está abogando por una postura activa de prevención ante el burnouti.
Entre las diversas técnicas se encuentran, la interrogación socrática o descubrimiento guiado, que trata sobre hacerse preguntas inductivas que ayuden a cambiar la «percepción rígida» de la realidad por un estado de curiosidad. Se trata de darse cuenta de que hay otras alternativas a la interpretación de lo que ocurre. En momentos de perturbación puede ser difícil hacerlo uno mismo. Aun así, puede desarrollarse el hábito de cuestionar las distorsiones cognitivas haciéndose preguntas por escritoi. Otra técnica importante es la abstracción selectiva o filtraje (relativo al estímulo), que consiste en centrarse en un detalle extraído de su contexto, ignorando otras características más relevantes de la situación y considerar toda la experiencia sobre la base de ese fragmento. Se resalta un simple detalle y todo el resto del evento se ve teñido por ese detallei.
Los programas y recursos existentes para facilitar el bienestar de los trabajadores de la salud eran inadecuados antes de la pandemia y ahora aún a pesar de la experiencia vivida con la pandemia parecen seguir siendo inadecuadosxxxi. Esta situación se complica aún más por los resultados que esta revisión aporta, ya que la fuerza laboral tiene aún menos reserva y capacidad para iniciar, sostener y completar intervenciones para mejorar su bienestarxxxii.
En situaciones de pandemia, la comunicación clara de las directrices y las medidas de precaución reducen la probabilidad de angustia emocional, al igual que el apoyo de los compañeros de trabajo. El apoyo social fuera del lugar de trabajo también puede disminuir el estrés, pero los trabajadores de la salud a menudo descuidan las relaciones con sus amigos y familia debido a las cargas de trabajo o preocupaciones sobre la posibilidad de infectar a otros, debido a su exposición al virusxxxiii.
La COVID-19 es un problema de salud pública por el gran impacto que ha generado, y ha representado un desafío en la economía y la medicina a nivel mundialxxvi, esto hace necesario que se implementen diversas intervenciones psicológicas en el personal de salud, pues dichos esfuerzos pueden mitigar los impactos negativos de la pandemia en su salud mental y prepararlos para futuros riesgosxxxiv.
El síndrome del desgaste profesional se asocia con sobrecarga de trabajo, conflicto de papeles (ambigüedad), falta de participación, ausencia de control, trabajo clínico (relación directa con enfermos), especialidades médicas con predominio de enfermos crónicos, graves, oncológicos y terminalesiv. Es importante mencionar que de igual manera se asocia con personas que han sufrido conflictos emocionales en su infancia, que las ha convertido en narcisistas y ambiciosas, obsesivas, ansiosas o depresivasiv.
La considerable prevalencia del desgaste profesional entre los profesionales de la atención primaria de salud en los países de ingresos bajos y medios tiene implicaciones para la seguridad de los pacientes, la calidad de la atención y la planificación del personalxvii.
El mantenimiento del contacto social es cada vez más desafiante en el contexto de los requisitos de distanciamiento. Hay informes de trabajadores de la salud que experimentan problemas sociales como el estigma y el abuso debido a los temores públicos de contraer el virus a través de las personas con mayor exposición, siendo importante identificar los factores principales para el desarrollo del síndrome de desgaste profesional en los trabajadores de la salud que se encuentran en la atención de paciente con la COVID-19. Se necesitan más estudios transversales para ayudar a identificar soluciones fundamentadas basadas en la evidenciaxviii.
Conclusión
Los factores de riesgo para el desarrollo de síndrome de desgaste profesional en el personal de salud, relacionado con la atención de paciente con la COVID-19 encontrados en la literatura revisada fueron la edad, observada con más frecuencia entre los jóvenes, la satisfacción laboral que aumenta con la edad y es el mayor predictor de longevidad. En cuanto al sexo, las mujeres presentan más estrés laboral que los hombres. En relación con el estado civil, los solteros son más proclives al desarrollo del desgaste profesional, esto se relaciona con la profesión, en relación a que las personal de enfermería son las que más riesgo tienen de padecer síndrome de desgaste profesional, puesto que trabajan más de cerca con pacientes con la COVID-19 y se ven afectados psicológicamente por las consecuencias de la pandemia debido a una mayor carga de trabajo y más tiempo en contacto directo con pacientes con la COVID-19, en comparación con el personal médico.
Financiamiento
Los autores declaran no tener fuente de financiamiento.
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Citación recomendada: Molina Velásquez JI. Síndrome de desgaste profesional en el personal de salud durante la pandemia de COVID-19. Alerta. 2024;7(1):88-95. DOI: 10.5377/ alerta.v7i1.16113