Estimada editora:
La integración es un proceso amplio que implica la vinculación social, política, económica, cultural, científica, diplomática e incluso militar entre dos o más nacionesi. Es una oportunidad para avanzar en la construcción del bienestar de los pueblos y se constituye en una importante estrategia para resolver las graves desigualdades sociales regionales para caminar en dirección de un modelo de desarrollo más justo, humano y solidario.
Desde hace años, la salud ha tomado un lugar destacado en los procesos de integración regional, a pesar de encontrar diversas limitantes. Las regiones de Centroamérica y República Dominicana, por su cercanía, constituyen un ámbito por excelencia para el abordaje de problemas comunes que atraviesan las fronteras. Esta integración permite un abordaje adecuado para emprender acciones que desde la determinación social de la salud (DSS) se consideren no solo los determinantes sociales de la salud, sino también permita incidir en aspectos socio sanitarios y medioambientales, para la adopción de instrumentos técnicos y legales, uniendo esfuerzos y propiciando acciones colectivas y diplomáticas en el campo de la salud. Cabe destacar que la región tiene una larga historia de proyectos de integración regional, los cuales sobreviven y se recuperan a pesar de las crisis recurrentesii. Por tanto, no se debe subestimar la complejidad de esta región. Existen diferencias ideológicas, distintos niveles de desarrollo, así como aspectos institucionales propios de cada país, diversidad cultural y grupos vulnerables como los pueblos indígenas, grupos de migrantes, entre otros.
En Centroamérica, la última estrategia de regionalismo que se ha experimentado es el actual Sistema de Integración Centroamericano (SICA), creado hace más de tres décadasiii. Es una iniciativa de integración de carácter multidimensional. El protocolo de Tegucigalpa enuncia dimensiones económicas, políticas, sociales, culturales educativas y medio ambientales; y se basa en cinco pilares: seguridad y democracia, prevención y mitigación de los desastres naturales, integración social, integración económica y fortalecimiento institucional.
Parte de ello es la formación de consejos de ministros sectoriales, entre los cuales se encuentra el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (COMISCA). Desde el 2007 conforma un pilar fundamental para la gobernanza a través de la Secretaría Ejecutiva (SE-COMISCA), con sede en El Salvador, como instancia para la formulación de propuestas técnicas, proyectos, seguimiento de acuerdos de los ministros, así como un importante protagonista para construir alianzas estratégicas y la movilización de fondos para los proyectos regionales.
La estrategia regional del COMISCA se basa en las reuniones periódicas de los ministros de salud, que presentan un marco apropiado para la discusión y difusión de información, además de construir consensos y fomentar estrategias en conjunto para superar las barreras de acceso en salud pública. Ayuda también a identificar problemas de salud que desbordan fronteras, gestionar respuestas y evaluar lecciones aprendidas en políticas de salud; lo que promueve un círculo virtuoso para la formulación de políticas y toma de decisiones.
La integración regional en salud en Centroamérica ha permitido el desarrollo de estrategias comunes frente a epidemias (como la pandemia por COVID-19, influenza, dengue, fiebre amarilla, embarazo adolescente, entre otras) y el fortalecimiento de las capacidades nacionales de los países miembros. Asimismo, ha desplegado importantes proyectos de cooperación regional para el acceso a medicamentos en el área de salud global, vigilancia epidemiológica, vigilancia de laboratorio, en migración, alimentación saludable, entre otros.
Entre los logros del proceso de integración en salud de Centroamérica cabe destacar:
Identificación de problemas comunes: ciertos problemas transcienden las fronteras nacionales de los países, lo que requiere la estructuración de respuestas compartidas. Ejemplo de estas acciones son los acuerdos binacionales transfronterizos para la eliminación de la malaria, bajo el marco de la Iniciativa Regional para la Eliminación de la Malaria.
Criterios de abordaje común para enfermedades: un ejemplo de esto se dio en el marco de la pandemia de COVID-19. Se propusieron lineamientos para fortalecer la salud mental, lineamientos de bioseguridad, un plan de contingencia regional, además de informes regionales periódicos.
Producción de bienes públicos regionales: la identificación de problemas comunes y respuestas compartidas ha generado la posibilidad de innovación para un bien común cuya apropiación por un país no perjudica al otro. Por ejemplo, el sistema regional de farmacovigilancia FACEDRA, para seguimiento de reacciones adversas a medicamentos, utilizado por los ocho centros de farmacovigilancia de los Estados miembros, notifica semanalmente al programa internacional de monitoreo de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud.
Mecanismo apropiado para emergencias de salud pública, epidemias y pandemias: frente a la Pandemia de la COVID-19 y a las contingencias en salud pública debido a desastres naturales, la SE-COMISCA impulsa el fortalecimiento de capacidades en los países, en áreas como laboratorio, vigilancia epidemiológica y otros. Actualmente, se encuentra en discusión una propuesta de mecanismo que apoye a los Estados miembros a establecer una coordinación regional que permita movilizar la cooperación de socios y facilitar cooperación horizontal, en caso de que se requiera una respuesta rápida en cualquier tipo de emergencia sanitaria o multiamenazas.
Información y producción de conocimiento: existen mecanismos para el intercambio de información sobre determinadas enfermedades priorizadas, así como de las políticas para dar respuestas a estas, lo que constituye una ventana de oportunidades para retroalimentar los procesos de formulación de políticas y la cooperación transnacional, a través de las instancias operativas del COMISCA, siendo estas comisiones redes o grupos técnicos especializados conformados por expertos de los ocho Estados miembros, facilitados por la SE-COMISCA.
Construcción de consensos: la región tiene una oportunidad privilegiada para la construcción de consensos basados en los principios de equidad y solidaridad que ubican a la salud como un derecho fundamental.
Negociaciones regionales y acceso a medicamentos: la Negociación Conjunta COMISCA surgió en el 2007, con apoyo de la cooperación internacional hasta su institucionalización y autosostenibilidad, para convertirse en un mecanismo de adquisición que facilita el acceso de medicamentos de calidad y eficacia a precios más favorables para los Estados miembros. Esto permite la contención de costos y economía de escala y dispone de su propio marco regulatorio. Los procesos de negociación de precios tienen valor de una licitación nacional, por tanto, los estados miembros pueden realizar sus contratos retomando los precios negociados a nivel regional. La Negociación Conjunta COMISCA disminuye los precios de medicamentos en un promedio de 30 %. En 13 años de su implementación, ha significado un ahorro de 120 millones de dólares estadounidenses para los Estados miembros del SICA.
Diplomacia de la salud global más eficaz: en el marco del COMISCA, se han emitido posiciones conjuntas en cuanto al abordaje de las enfermedades no transmisibles, tuberculosis y otras, por medio de la emisión de declaraciones conjuntas emitidas en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Trabajo en redes: permite un modelo de cooperación horizontal en el que los puntos focales de los diversos Ministerios de Salud de Centroamérica unen esfuerzos en torno a problemas comunes de interés regional, lo que propicia el fortalecimiento de capacidades de dichos ministerios. La integración en salud en Centroamérica y República Dominicana es un proceso que se ha venido consolidándose desde la conformación del SICA, por medio del impulso que el COMISCA ha brindado con las decisiones políticas vinculantes en los temas priorizados.
La organización del COMISCA está integrada por diferentes instancias que, a través de las comisiones técnicas regionales, redes, grupos técnicos especializados y mecanismos de coordinación regional, generan trabajo técnico y cooperación horizontal entre los países. Estos mecanismos de trabajo funcionan de acuerdo con los Lineamientos para la Organización y Funcionamiento de las Comisiones Técnicas Regionales, Comité Técnico, Grupos Técnicos Especializados, Redes y Mecanismos Regionales del COMISCA y aportan desde sus acciones y propuestas a la ejecución del Plan de Salud de Centroamérica y República Dominicana vigente y de otros instrumentos políticos y técnicos.
Las reuniones del COMISCA han permitido la construcción de una comunidad sanitaria regional que comparte desafíos, se preocupa por problemas comunes y ha desarrollado una episteme común, como la importancia de la determinación social y la salud, desplegando proyectos, políticas y actividades para su abordaje.
El marco institucional y legal del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (COMISCA), como órgano decisorio del SICA, permite que los ministros de salud de los ocho Estados miembros, de manera consensuada, tomen decisiones vinculantes.
El proceso de integración en salud en Centroamérica y República Dominicana ha avanzado construyendo una gobernanza con reglas de juego definidas, permitiendo construir importantes políticas como la PRSS 2023-2030 aprobada recientemente. Por tanto, puede concluirse que los procesos de integración en salud de Centroamérica y República Dominicana han sido consolidados con una gobernanza que da cuenta de la envergadura de la cooperación, aprovechando su estructura, reconociendo las articulaciones con el resto del Sistema de la Integración Centroamericana, coordinando acciones regionales con la Organización Panamericana de la salud (OPS), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) y otros aliados estratégicos y armonizando agendas de cooperación en salud y sus determinantes.
Al fin de cuentas, como decía un pensador en la antigüedad: “Los hombres son ángeles con una sola ala. Para volar, necesitan abrazarse”.
- Venegas San Martín F. Pensar la integración regional desde los márgenes: la importancia y desafíos de la dimensión subestatal en América Latina desde la experiencia chileno-argentina. Si Somos Americanos. 2019;19(2):69-88. DOI: 10.4067/S0719-09482019000200069
- Nolte D. Lo bueno, lo malo, lo feo – y lo necesario: Pasado, presente y futuro del regionalismo latinoamericano. Rev. Urug. Cienc. Polít. 2019;28(1)131-156. DOI: 10.26851/RUCP.28.1.5
- Arriaza RS. Integración centroamericana, una (re)visión crítica y estratégica. Revista Con-Secuencias. 2023;(4):4-62. Disponible en: https://revistas.ues.edu.sv/index.php/rcs/article/view/2579
Citación recomendada: Tobar S, Campos MA, Hernández de Ayala MM. Integración regional en salud en Centroamérica y República Dominicana: logros y oportunidades. Alerta. 2024;7(1):122-124. DOI: 10.5377/alerta.v7i1.17494