Resumen
El envejecimiento ocasiona un aumento en la vulnerabilidad del adulto mayor. El ejercicio multicomponente se ha propuesto como una práctica para mejorar la funcionalidad física y cognitiva del adulto mayor, reducir la frecuencia de caídas y fracturas y prevenir la sarcopenia. Por tanto, en esta revisión bibliográfica se propone determinar los efectos del ejercicio multicomponente en el adulto mayor para evitar la progresión del síndrome de fragilidad. Se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos Hinari, PubMed, Scopus y Embase utilizando los operadores booleanos «AND» y «OR» y como palabras clave «fragilidad», «adulto mayor», «caídas», «fracturas», «sarcopenia» para delimitar literatura de utilidad a esta investigación. Se tomaron en cuenta artículos de revisión bibliográfica, casos y controles, metaanálisis, artículos originales, revisiones sistemáticas con vigencia menor a cinco años, en los idiomas inglés y español. El ejercicio multicomponente ocasiona una mejoría en la funcionalidad física, dependencia, prevención de caídas y reducción de la sarcopenia, siendo una herramienta útil para la regresión del síndrome de fragilidad en el adulto mayor.
Multicomponent exercise in the older adult and its effect on frailty syndrome.
Aging causes an increase in the vulnerability of older adults. The practice of multicomponent exercise has been proposed to improve the physical and cognitive functionality of the older adult, reduce the frequency of falls and fractures, and prevent sarcopenia. Therefore, this literature review aims to determine the effects of multicomponent exercise in the older adult to prevent the progression of frailty syndrome. A literature search was performed in the Hinari, PubMed, Scopus and Embase databases, using the Boolean operators “AND” and “OR” and as keywords “frailty”, “older adult”, “falls”, “fractures”, “sarcopenia” to delimit useful literature for this research. Literature review articles, case-controls, meta-analysis, original articles, systematic reviews less than five years old, published in both English and Spanish were taken into account. Multicomponent exercise causes an improvement in physical functionality, independence, fall prevention, and reduction of sarcopenia, being a useful tool for the regression of frailty syndrome in the elderly.
Introducción
El síndrome de fragilidad se define como un estado clínico multifactorial, que altera las funciones fisiológicas y limita la capacidad a sobrellevar los factores estresantes externos y aumenta el deterioro de la salud1, debido a que este se asocia a la edad, al proceso biológico de cambios fisiológicos, psicológicos y sociales que suceden en el adulto mayor y aumentan la vulnerabilidad1, sin embargo, aún no existe un consenso internacional sobre la definición de fragilidad2.
En la población frágil, las alteraciones de la fuerza, la resistencia y las funciones fisiológicas contribuyen a una disminución de la capacidad para enfrentar los factores estresantes, y conducen al aumento del riesgo de caídas, hospitalizaciones, dependencia y mortalidad1.
Actualmente, se observa un incremento en la población de adultos mayores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 2020 y 2030 dicha población aumentará un 34 % y en el 2050 será cerca del 65 %3. De acuerdo a Menéndez et al., la prevalencia a nivel mundial del síndrome de fragilidades muy variada entre 4,0 y 59,1 % debido a la falta de consenso en su definición4. En una revisión sistemática publicada por Siriwardhana et al., la prevalencia del síndrome de fragilidades del 17 %, más frecuente en el sexo femenino y en países de ingresos bajos y medios5. Adicionalmente, en Latinoamérica se observa una prevalencia entre el 7,7 y 39,3 %, asociado a la presencia de comorbilidades y mayor riesgo de desarrollar discapacidades a futuro6.
Nascimento et al., afirman que, con el envejecimiento, las personas suelen llevar una vida más sedentaria y sólo un 28 a 34 % de los adultos mayores realizan algún tipo de actividad física. Además, se ha descrito que el ejercicio físico de baja intensidad mejora muy poco la fuerza muscular, pero aseguran que la incorporación de un programa de ejercicios compuesto por el entrenamiento de fuerza y el funcional7, que contiene ejercicios de resistencia, coordinación, balance y flexibilidad, aumenta la funcionalidad física del adulto mayor frágil; este es conocido como ejercicio multicomponente y puede tener modificaciones según las características o recomendaciones para quien lo realiza8.
De acuerdo al estudio de Llano et al., en una zona rural de Brasil, se determinó una prevalencia del síndrome de fragilidad de 43,4 %, entre los que se encontraron como factores de riesgo, la inactividad física y la obesidad9. Según un estudio realizado por Dent et al., se determinó que en un 94,7 %, este ejercicio debe recomendarse a todo adulto mayor frágil para mejorar la funcionalidad física, prevenir la sarcopenia, las caídas y las fracturas10. No obstante, los autores Toots et al., en su estudio realizado en una residencia geriátrica durante 12 meses, no encontraron asociación positiva entre la práctica del ejercicio multicomponente y la reducción en el número de caídas11.
Aun así, debido al impacto que la práctica de este ejercicio tiene en la calidad de vida y la funcionalidad de las personas mayores, se considera que debe continuar en estudio. A través de esta revisión se pretende determinar los efectos del ejercicio multicomponente en el adulto mayor para evitar la progresión del síndrome de fragilidad, mediante una descripción de éste, la relación entre este ejercicio con caídas y fracturas, y el desarrollo de sarcopenia.
Para el desarrollo de esta revisión narrativa, se realizó una búsqueda bibliográfica de publicaciones científicas internacionales, mediante las bases de datos de Hinari, PubMed, Scopus y Embase, ocupando términos del tesauro MeSH tomando en cuenta los operadores booleanos «AND» y «OR». Las palabras claves utilizadas fueron «fragilidad», «adulto mayor», «caídas», «fracturas», «sarcopenia». Se incluyeron artículos originales, ensayos clínicos, artículos de revisión bibliográfica y revisiones sistemáticas con vigencia de publicación menor a cinco años en idiomas inglés y español y se evaluó la calidad mediante el análisis de la variabilidad, fiabilidad y validez de éstos.
Discución
El ejercicio multicomponente y síndrome de fragilidad en los adultos mayores
La fragilidad en el adulto mayor se valida a través de diferentes métodos de evaluación. Uno de ellos corresponde a los criterios de Fried, en este se evalúan cinco aspectos; la pérdida de peso no intencionada en los últimos tres años, la sensación de fatiga en las últimas cuatro semanas, la baja actividad física, la disminución en la velocidad de marcha y la debilidad muscular. Los pacientes que presentan uno o dos criterios se clasifican como prefrágiles y aquellos que cumplen con tres o más se clasifican como frágiles12. También, se cuenta con escalas como The Clinical Frailty Scale que evalúa el estado cognitivo, la funcionalidad y las comorbilidades, con una puntuación entre uno y nueve, en el que uno significa que el paciente está en forma y nueve, que el paciente se encuentra en etapa terminal13.
Otra escala de evaluación corresponde a la SARC-F (Strength, Assistance with walking, Rise from a chair, Climb stairs and Falls) que mide con mayor precisión el grado de sarcopenia. Esta consiste en la evaluación de los parámetros de fuerza, deambulación con ayuda, bipedestación desde una silla, subir gradas y caídas, cada uno medido en una escala de cero a dos (cero: para nada y dos: muy difícil), una puntuación mayor o igual a cuatro puntos hacen el cribado positivo a sarcopenia14. La falta de una definición de fragilidad ocasiona dificultades en la búsqueda de intervenciones adecuadas para su regresión y aparición2.
En los últimos años se ha identificado la existencia de una relación importante entre la práctica de ejercicio físico y la aparición del síndrome de fragilidad; se ha demostrado que a mayor actividad física hay menor riesgo de mortalidad y una notable mejoría en la funcionalidad física y cognitiva del adulto mayor. El ejercicio multicomponente ha tenido mayores beneficios en el retraso del síndrome de fragilidad debido a la combinación de fuerza, equilibrio, marcha y resistencia, que repercuten de manera positiva en el mantenimiento funcional del adulto mayor, así como en la realización de las actividades básicas de la vida diaria en pacientes en casa u hospitalizados15 -17.
Por otro lado, el Short Physical Performance Battery (SPPB) es una prueba que mide la funcionalidad y rendimiento físico a través de la velocidad de la marcha, equilibrio y la habilidad de mantenerse de pie. La prueba tiene un puntaje máximo de 12 dividido en cuatro puntos por cada una de las categorías, donde a mayor puntaje, mayor nivel de funcionalidad física18. El ejercicio debe ajustarse según la edad y adecuarse en intensidad y periodicidad hasta encontrar el programa que mejor se adapte a cada paciente19.
Hubbard et al. demostraron que los adultos mayores que realizan ejercicio físico disminuyen la fragilidad y el riesgo de mortalidad frente a aquellos que son sedentarios. Los pacientes frágiles tienen un riesgo de 1,21 de mortalidad y aquellos que no realizan ejercicio tienen un riesgo de muerte de 1,95 en un intervalo de confianza al 95 % de [1,19 -1,24] y [1,73-2,28] respectivamente20.
De acuerdo a Casas et al., en un estudio realizado con un grupo de 188 adultos mayores con deterioro cognitivo, se comparó el desempeño de una parte del grupo que realizó ejercicio multicomponente con el resto que mantuvo cuidados rutinarios. Los resultados satisfactorios se obtuvieron en la capacidad funcional, estos fueron medidos con el SPPB en el grupo que realizó el programa de ejercicio. En este grupo, el SPPB aumentó 0,86 puntos al final del primer mes y 1,4 puntos al término de tres meses con una p <0,01 y p <0,001, respectivamente. Sin embargo, la adherencia al programa disminuyó en el segundo mes y los pacientes que continuaron, mejoraron cognitivamente (p <0,05) al finalizar los tres meses de seguimiento21.
No existe un estándar relacionado con la duración, la frecuencia y los tipos de entrenamiento que se realizan en el ejercicio multicomponente. Según Monteiro et al., el orden recomendado para esta actividad física consiste en iniciar cada sesión con estiramiento, luego entreno aeróbico, posteriormente ejercicios de fuerza, para finalizar con estiramientos y enfriamiento. Siguiendo este modelo, los autores obtuvieron resultados que favorecen este orden de ejercicios para obtener un mayor beneficio de fuerza muscular, balance, agilidad y mejorar la funcionalidad física en general22.
En Europa se creó el programa Vivifrail, que tiene como propósito, establecer parámetros para su implementación. Está dirigido específicamente al adulto mayor y tiene como principal propósito, la disminución de la incidencia y la regresión del síndrome de fragilidad. Se usa al SPPB para hacer un diagnóstico de la condición física y a partir del resultado se individualiza el programa de ejercicio apto para cada paciente. Vivifrail se divide en cuatro categorías: la categoría A incluye a los adultos mayores con limitación grave, la B, a los que presentan limitación leve, la C incluye a las personas que pueden caminar y la D, a personas robustas23,24.
Los beneficios del ejercicio, a largo plazo, en los adultos mayores fueron descritos en el metaanálisis de Souto Barreto et al., este se centra en la existencia de una asociación positiva entre la práctica de ejercicio por un periodo mayor a un año y la disminución del riesgo de caídas. Así mismo, Oh et al. demostraron la efectividad del ejercicio multicomponente cuando se implementa por un periodo entre seis y 12 meses, además de que este contribuye a la prevención del síndrome de fragilidad y mejora la condición física de los pacientes25.
El ejercicio multicomponente y la incidencia de caídas y fracturas en adultos mayores
Se estima que uno de cada tres adultos mayores tiene riesgo de sufrir una caída al año y que el 30 % de los adultos mayores con antecedente de una caída, vuelven a sufrir otra caída. En la mayoría de casos, los pacientes buscan atención médica al presentar algún tipo de lesión como fracturas, trauma craneal, disminución de la movilidad, hospitalización o muerte26. Las caídas ocurren más frecuentemente en los adultos mayores que presentan alteraciones musculoesqueléticas como pérdida de peso, disminución de la fuerza y velocidad, cansancio, o alteraciones sensoriales, cognitivas y del sistema nervioso27.
Según Thomas et al., la inactividad física en el adulto mayor se relaciona con una mayor morbimortalidad, es por ellos que la OMS recomienda al menos 150 minutos semanales de actividad física aeróbica acompañada de ejercicios de fuerza muscular. Este estudio afirma que el ejercicio multicomponente, debido a la integración de componentes aeróbicos y anaeróbicos, además de los ejercicios de equilibrio y de resistencia, parecen contribuir en la reducción de las caídas y fracturas en esta población28.
El ejercicio multicomponente aplicado en un programa de 12 semanas, con sesiones de una hora, tres veces por semana, evidenció resultados asociados a un menor riesgo de caídas29 y las lesiones ocasionadas por las caídas fueron menores en los que practicaron ejercicio30; este efecto se puede prolongar hasta 24 semanas posteriores a la intervención29. Así mismo, Hentschke et al. verificaron que posterior a los 24 meses los pacientes que no formaron parte del grupo de intervención, presentaron en promedio 3,11 caídas por año30.
En el estudio hecho por Puente et al. el grupo control recibió por seis meses, tres sesiones semanales de ejercicio multicomponente. En sus resultados, a pesar de no encontrar un cambio significativo en la densidad mineral ósea entre el grupo control y grupo de intervención, se obtuvo una mejoría en el balance y en la marcha de los pacientes que practicaron el entrenamiento y la participación en el programa de ejercicios resultó ser una intervención protectora frente al riesgo de sufrir una caída31.
Pinheiro et al. identificaron que al combinar diferentes tipos de ejercicio, se produce un efecto leve sobre la densidad mineral ósea del cuello femoral (tamaño de efecto estandarizado 0,09 IC 95 % -0,03 - 0,21) y la columna vertebral (tamaño de efecto estandarizado 0,17, IC 95 % 0,04 - 0,30) como un aspecto positivo en la prevención de la osteoporosis32.
En el estudio realizado por Alhambra et al. se verificó una reducción del riesgo de caídas y fracturas, en este se encontró una mejoría del desempeño físico, balance y una reducción de 0,4 puntos del índice de masa corporal en los adultos mayores que practicaron ejercicio multicomponente (p = 0,045). Además, dicho grupo presentó mejores habilidades de autocuido y una reducción en la frecuencia de consultas médicas y hospitalización33.
Por otro lado, se ha identificado que las mujeres tienen mayor prevalencia de caídas y fracturas, esto parece estar relacionado con la pérdida de densidad ósea y de masa muscular secundaria debido a la menopausia, como lo describen Ooi et al.34 y Alabdullgader et al.35. Por lo tanto, el aumento de la funcionalidad física de los adultos mayores se convierte en un factor protector, que mejora el balance y la flexibilidad de esta población36.
Las mujeres postmenopáusicas que practicaron ejercicio multicomponente, tres sesiones semanales por un periodo de 12 meses, presentaron mejoría en la densidad mineral ósea del cuello femoral y la columna lumbar, aumento en la fuerza muscular y mejora en el balance. Todos estos factores previenen la osteoporosis, las caídas y las fracturas37. En esa misma línea, se evidenció una mejoría en la postura y en la calidad de los movimientos en adultas mayores sedentarias, luego de practicar ejercicios de flexibilidad38.
El ejercicio multicomponente y su relación con la sarcopenia
La sarcopenia constituye un problema de gran importancia en el adulto mayor debido a que se asocia con un menor rendimiento físico, mayor riesgo de fracturas y de muerte prematura39. Según un estudio realizado por Barrientos et al., la prevalencia de sarcopenia en Costa Rica es de 33,2 % entre los 70 y los 79 años con un aumento del 10,3 % en personas mayores de 80 años con una frecuencia 1,7 veces mayor en mujeres40.
Los factores que contribuyen a la pérdida de la masa muscular están relacionados con la inactividad física, una inadecuada alimentación y el envejecimiento. De igual forma, intervienen los factores genéticos y las alteraciones endocrinas y metabólicas41. El ejercicio multicomponente ha resultado ser una estrategia preventiva para la sarcopenia y mejorar el rendimiento físico en los adultos mayores42, aunque la eficacia de este puede depender del tiempo y la frecuencia en que se realiza, si este se practica de manera grupal o individual, así como de las comorbilidades individuales43.
De acuerdo a un estudio realizado por Zambrano et al. se observó que los pacientes con comorbilidades, evolucionaron con mejoría en la funcionalidad e independencia, luego de practicar ejercicio multicomponente, con resultados por encima del promedio en la batería SPPB con una p < 0,001. Asimismo, los pacientes del estudio presentaron un aumento significativo en la escala de Barthel con una p = 0,0019. En cuanto a las medidas antropométricas también se observó aumento del perímetro de la pierna y del estado nutricional (con resultados de p = 0,0014 y 0,0471, respectivamente)44.
Las hospitalizaciones aumentan la vulnerabilidad de los adultos mayores a padecer el síndrome de fragilidad. Por lo tanto, el inicio del programa de ejercicios a la brevedad posible, en combinación con una dieta adecuada durante la hospitalización o inmediatamente al alta y la reducción del tiempo de reposo en cama45,46, reducen de manera significativa el síndrome de fragilidad47,48. Además de la supervisión por profesionales calificados, este tipo de ejercicios limita la evolución de la sarcopenia y el declive funcional47. En este sentido, Sáez de Asteasu et al. evidenciaron que el ejercicio multicomponente mejoró la fuerza muscular de los pacientes que recibieron los cuidados habituales durante su ingreso hospitalario, con énfasis en el ejercicio de resistencia progresiva con notable mejoría de la fuerza muscular de las extremidades45,46.
Es necesario promover el uso de este programa de ejercicios en la población adulta mayor por ser una estrategia que reduce el impacto económico, es fácilmente reproducible y mejora la salud en general de las personas sanas y pacientes con comorbilidades, con una considerable reducción de la incidencia del síndrome de fragilidad y en las personas que ya lo padecen, permite su regresión49.
Conclusión
La intervención del programa con el ejercicio multicomponente es una estrategia que ha demostrado contribuir en la regresión del síndrome de fragilidad con la reducción de la sarcopenia y la mejoría del balance, la marcha y la densidad mineral ósea que conlleva a optimizar la funcionalidad física, reducir el riesgo de caídas, aumentar la dependencia y prevenir la mortalidad del adulto mayor.
Aunque aún no se ha definido el tiempo en que se pueden ver los beneficios del ejercicio multicomponente en la funcionalidad física y si estos son principalmente a corto o largo plazo, es necesario que este tópico siga cobrando auge y continúe su estudio.
Agradecimiento
Los autores agradecen la colaboración del Dr. Salvador Avilés, docente de la Escuela de Medicina de la Universidad Dr. José Matías Delgado, por haber asesorado la búsqueda de información y la redacción de este artículo en cada etapa del proceso.
Financiamiento
Los autores declaran no tener fuente de financiamiento.
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Citación recomendada: Sandoval Ramos MF, Parrilla Andrade ES, Padilla Pimentel LH. Ejercicio multicomponente en el adulto mayor y su efecto en el síndrome de fragilidad. Alerta. 2023;6(2):142-148. DOI: 10.5377/alerta.v6i2.15613