Carta al editor

¿Se deben investigar los factores de riesgo para COVID-19 ante la probabilidad que sea endémica?

Sr. Editor.

El 31 de diciembre de 2019 la OMS notificó un brote de casos de neumonía de etiología desconocida en Wuhan, provincia de Hubei, China. El agente causal se identificó como una nueva cepa de coronavirus, que estaba infectando a miles de personas alrededor del mundo. Ante esta situación, el Gobierno de El Salvador decretó emergencia sanitaria el 23 de enero de 2020 por la probable llegada de casos sospechosos de COVID-19, anunciándose su primer caso el 18 de marzo1. Ante esta realidad; la constante investigación y publicación de artículos relacionados a esta patología, determina la eficacia en los tratamientos terapéuticos y medidas sanitarias necesarias en pro de la reducción de morbimortalidad en grupos de riesgo.

La COVID-19 es un problema de salud pública por el gran impacto que ha generado a nivel mundial. Ha provocado crisis en el sistema sanitario tanto de países desarrollados como en desarrollo, afectando ampliamente a estos últimos. Además, ha sido un desafío en la economía y la medicina a nivel mundial.

El aparecimiento de enfermedades data desde los orígenes del hombre. Por lo tanto, erradicar una enfermedad ha sido la meta de la medicina moderna, gracias al aparecimiento de la asepsia y antisepsia, las técnicas de esterilización, los antibióticos, las vacunas y sobre todo con el conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad2. Por ello, se considera importante investigar los factores de riesgo asociados al desarrollo de la COVID-19 en la población salvadoreña, pues esto permitirá mejorar el enfoque preventivo para dicha enfermedad.

Para esto, se debe fomentar la cultura de la investigación en el país, de tal manera que se puedan obtener datos propios, para posteriormente analizarlos y plantear propuesta de acciones que permitan realizar un enfoque preventivo de diversas enfermedades, priorizando la pandemia que abate al mundo actualmente. Entre las variables que se pueden estudiar en El Salvador se encuentran: edad (años desde el nacimiento hasta el aparecimiento de la enfermedad), sexo (determinación biológica del género), la presencia de comorbilidades (enfermedad asociada a un sistema mayor del organismo), estado nutricional (sobrepeso y obesidad). Todas ellas asociadas con la forma de presentación de COVID-19, a partir de la presencia de signos y síntomas de la enfermedad y otras complicaciones relacionadas que pudieran manifestarse en mayor o menor medida según grupos de riesgo y resultados de la aplicación de protocolos terapéuticos actualizados basados en evidencia científica, siguiendo las pautas éticas.

La edad es un dato bien importante en esta enfermedad. En El Salvador ha sido más afectado el rango entre 20 a 39 años de edad; seguida por la población de 40 a 59 años en relación con la mayoría de casos positivos. Pero este dato podría deberse a la mayoría de casos reportados como asintomáticos o con síntomas leves. Estos rangos de edad podrían corresponder a mayor exposición en el grupo etario de la población económicamente activa, aunque esta relación al momento representa una mera inferencia. La página web oficial del Gobierno de El Salvador, que es el único medio legal y disponible para adquirir información, reporta los fallecidos; sin embargo, no se pueden visualizar las edades específicas o rangos de edad y las características asociadas (comorbilidades) de las personas en estado crítico y fallecidas.

Durante el desarrollo de la enfermedad, varios estudios han identificado factores como la edad, el sexo, la presencia de comorbilidades asociados al incremento en la tasa de mortalidad de los pacientes con COVID-193. Es importante investigar otros factores de riesgo, propios del contexto salvadoreño, principalmente en personas con enfermedades inmunológicas, en quienes se presentaron complicaciones que los llevaron a una estancia prolongada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en los centros hospitalarias de tercer nivel .

Ante esta situación, existe la necesidad de realizar estudios en el país que documenten los distintos factores de riesgo para el desarrollo de la COVID-19, para poder iniciar acciones preventivas sobre la población vulnerable que se identifique. Se debe, además, tomar en cuenta la presencia de diferentes enfermedades específicas que afectan los distintos órganos y también hábitos deletéreos como el tabaquismo, que permita contrastar los datos globales, con los presentes en la población.

Hay estudios que sugieren un posible comportamiento endémico de la enfermedad y ante el subsecuente aparecimiento de nuevas cepas, se vuelve crucial establecer estrategias preventivas para la reducción de complicaciones y muertes por COVID-19. Dentro de las medidas actuales se encuentran la administración de pruebas, identificar los pacientes con factores de riesgo que los puedan llevar a presentar complicaciones, mantener el distanciamiento social4, así como la aplicación de una vacuna eficaz, con una adecuada cobertura de inmunización.

Sin embargo, aún hay brechas de conocimiento que podrán abordarse si se impulsa la investigación científica en el diario vivir y si el personal de salud incorpora estos resultados en la implementación de medidas preventivas y tratamientos que mejoren la salud de la población5.

El Salvador tiene suficiente material para el desarrollo de investigaciones sobre la enfermedad por COVID-19. A más de un año de los primeros casos confirmados, se pueden desarrollar estudios retrospectivos, con asociación a factores de riesgo que podrían aportar evidencias y preparar al país para prevenir los contagios y la enfermedad, pues se desconoce cuánto tiempo se estará conviviendo con el virus SARS-COV-2 y si llegará a volverse endémico en algunas regiones.

  ENGLISH VERSION    

Should risk factors for COVID-19 be investigated given the likelihood that it is endemic?

Mr. Editor.

On December 31, 2019, the WHO reported an outbreak of pneumonia cases of unknown etiology in Wuhan, Hubei province, China. The causative agent was identified as a new strain of coronavirus, which was infecting thousands of people around the world. Faced with this situation, the Government of El Salvador decreed a health emergency on January 23, 2020 due to the probable arrival of suspected cases of COVID-19, announcing its first case on March 181. Faced with this reality; The constant research and publication of articles related to this pathology determines the efficacy of the therapeutic treatments and sanitary measures necessary for the reduction of morbidity and mortality in risk groups.

COVID-19 is a public health problem due to the great impact it has generated worldwide. It has caused a crisis in the health system in both developed and developing countries, widely affecting the latter. In addition, it has been a challenge in economics and medicine globally.

The appearance of diseases dates from the origins of man. Therefore, eradicating a disease has been the goal of modern medicine, thanks to the appearance of asepsis and antisepsis, sterilization techniques, antibiotics, vaccines and, above all, with the knowledge of the pathophysiology of the disease2. Therefore, it is considered important to investigate the risk factors associated with the development of COVID-19 in the Salvadoran population, as this will allow to improve the preventive approach for this disease.

For this, the culture of research in the country must be promoted, in such a way that its own data can be obtained, to later analyze them and propose actions that allow a preventive approach to various diseases, prioritizing the pandemic that is hitting the world at the moment. Among the variables that can be studied in El Salvador are: age (years from birth to the onset of the disease), sex (biological determination of gender), the presence of comorbidities (disease associated with a larger body system), nutritional status (overweight and obesity). All of them associated with the form of presentation of COVID-19, based on the presence of signs and symptoms of the disease and other related complications that could manifest themselves to a greater or lesser extent according to risk groups and results of the application of updated therapeutic protocols based on scientific evidence, following ethical guidelines.

Age is a very important data in this disease. In El Salvador, the range between 20 and 39 years of age has been most affected; followed by the population aged 40 to 59 in relation to the majority of positive cases. But this data could be due to the majority of cases reported as asymptomatic or with mild symptoms. These age ranges could correspond to greater exposure in the age group of the economically active population, although this relationship at the moment represents a mere inference. The official website of the Government of El Salvador, which is the only legal and available means to acquire information, reports the deceased; however, the specific ages or age ranges and associated characteristics (comorbidities) of critically ill and deceased persons cannot be visualized.

During the development of the disease, several studies have identified factors such as age, sex, the presence of comorbidities associated with the increase in the mortality rate of patients with COVID-193. It is important to investigate other risk factors, typical of the Salvadoran context, mainly in people with immunological diseases, in whom complications occurred that led them to a prolonged stay in the Intensive Care Unit (ICU) in tertiary hospitals.

Faced with this situation, there is a need to carry out studies in the country that document the different risk factors for the development of COVID-19, in order to initiate preventive actions on the vulnerable population that is identified.

It should also take into account the presence of different specific diseases that affect the different organs and also deleterious habits such as smoking, which allows contrasting global data with those present in the population.

There are studies that suggest a possible endemic behavior of the disease and, given the subsequent appearance of new strains, it becomes crucial to establish preventive strategies to reduce complications and deaths from COVID-19. Current measures include the administration of tests, identifying patients with risk factors that may lead to complications, maintaining social distancing4, as well as the application of an effective vaccine, with adequate immunization coverage.

However, there are still gaps in knowledge that can be addressed if scientific research is promoted in daily life and if health personnel incorporate these results in the implementation of preventive measures and treatments that improve the health of the population5.

El Salvador has enough material for the development of research on the COVID-19 disease. More than a year after the first confirmed cases, retrospective studies can be developed, with association to risk factors that could provide evidence and prepare the country to prevent infections and disease, since it is unknown how long the virus will be living with SARS-COV-2 and if it will become endemic in some regions.

  1. López A, Domínguez R. Medidas de contingencia ante el COVID-19 en El Salvador, Alerta. 2021;4(1):78-79. DOI: https://doi.org/10.5377/alerta.v4i1.10762.
  2. Akin L, Gözel MG. Understanding dynamics of pandemics. Turk J Med Sci. 2020 Apr 21;50(SI-1):515-519. DOI: 10.3906/sag-2004-133.
  3. Li J, Huang DQ, Zou B, Yang H, Hui WZ, Rui F, et. al. Epidemiology of COVID-19: A systematic review and meta-analysis of clinical characteristics, risk factors, and outcomes. J Med Virol. 2021 Mar;93(3):1449-1458. DOI: 10.1002/jmv.26424.
  4. Choi W, Shim E. Optimal strategies for social distancing and testing to control COVID-19. J Theor Biol. 2021 Mar 7;512:110568. DOI: 10.1016/j.jtbi.2020.110568.
  5. Sandoval López X. El reto de avanzar hacia una cultura de publicación científica. Alerta 2020;3(1):1-2. DOI: https://doi.org/10.5377/alerta.v3i1.9275.

Citación recomendada: Molina Velásquez JI, Erazo S. COVID-19: ¿Se deben investigar los factores de riesgo para COVID-19 ante la probabilidad que sea endémica? Alerta. 2021;4(2):88- 89. DOI: 10.5377/alerta. v4i2.11058

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